Randolph Bean, es el propietario de un brillante Corvette amarillo modelo 2002, sufrió un asalto a punta de pistola, pero los aspirantes a ladrones huyeron sin el botín, porque no pudieron encontrar la manera de conducir el automóvil.
Ocurría mientras el hombre esperaba a su mujer a la salida de su trabajo ya tarde, alrededor de las 11:00 de la noche. Dos hombres armados consiguieron sacarlo del coche y mientras uno le apuntaba con su arma el otro le preguntaba como manejar el coche. Al no conseguir ni arrancarlo los ladrones se dieron por vencidos y huyeron sin el coche. Bean declara que su coche es un vehículo de alto rendimiento y, muy probablemente, de habérselo conseguido llevar podrían haber hecho daño a más personas al no saberlo conducir.
Enlace: Noticia Insólitonoticias