Se va a dormir normal y se levanta hablando con acento chino

¿Cómo te sentirías si un día te despertaras habiendo perdido tu acento de repente y hablando con acento francés, danés o incluso Indonesio? Esto es lo que le ha sucedido a Sarah Colwill, de 38 años. El 7 de marzo de 2010 se despertó para descubrir que su habitual pronunciación de Plymouth se había esfumado para dar cabida a un acento chino.

Sarah es una de las pocas personas a la que se le ha diagnosticado el Síndrome del Acento Extranjero, una enfermedad tan rara de la que sólo hay 61 casos confirmados entre 1941 y 2012.

"La gente asume automáticamente que soy extranjera", explica desconsolada Sarah. Para ella es lo más mortificante, y es que ha vivido y trabajado en Plymouth toda su vida. Desde aquel fatídico 2010, Sarah ha intentado con todas sus fuerzas recuperar de nuevo su acento. 

Ha sido muy duro, relata. Los médicos están desconcertados, aunque sospechan de dónde podría venir la patología que sufre Sarah: sus jaquecas. Ella es una víctima de estas dolencias. Sufre alrededor de diez al mes. Los doctores todavía no han encontrado nada para que desaparezcan.

Este dato podría ser importante, ya que una de las pocas cosas que se sabe sobre el Síndrome del Acento Extranjero es que está vinculado a dolores de cabeza. Se piensa que tiene que ver con un tipo de daño neurológico del cerebro.

Kay Russell, de 52 años, pasó por algo parecido a lo que está viviendo Sarah. Sufrió fuertes dolores de cabeza durante años antes de que una migraña la dejara con un acento francés en lugar de su habitual pronunciación de Gloucestershire.

"Hasta que conocí a Kay, pensé que era la única persona en el mundo que padecía este problema", relata Sarah. "Te sientes tan sola, así que cuando alguien aparece y dice 'en realidad, yo también lo tengo', te sientes mejor", añade.

Por el momento, no existe cura para el Síndrome del Acento Extranjero. Las víctimas pueden hacer terapia de voz, pero en la actualidad, poco más se puede hacer. 

Fuente: La Vanguardia