Steve Ludwin, roquero californiano obsesionado con las serpientes, pertenece al grupo de gente que se inyecta regularmente en su sistema circulatorio veneno de las serpientes más letales del mundo, basándose en la creencia de que esto refuerza su inmunidad precisamente contra la sustancia ponzoñosa de los ofidios.
Aproximadamente, en todo el mundo, mueren 100.000 personas por año debido a mordeduras de serpiente, y otras 250.000 quedan discapacitadas en forma permanente. Estas estadísticas parecen no asustar a Steve Ludwin. Todas las semanas, desde hace 23 años, se viene inyectando un cóctel de venenos de las serpientes más peligrosas, tratando de "entrenar" a sus anticuerpos para resistir estas sustancias tóxicas y letales.
Incrementando gradualmente la cantidad y la frecuencia de las inyecciones, cree que un día se va a hacer inmune no solo al veneno de las serpientes sino también a otros virus. Steve ya tiene una colección de 28 reptiles potencialmente letales en su casa, pero siempre está buscando alguno nuevo en países europeos y en convenciones relacionadas con las serpientes.
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