Maxime Qavtaradze, es un monje que vive en la cima de un monolito para acercarse a Dios.
El hombre ha estado siguiendo las tradiciones antiguas de los estilitas, o “Santos de pilar”: hombres del mundo bizantino quienes creían que residir encima de pilares los quitaría de la tentación y les daría oportunidad para el rezo y la contemplación.
Alguna vez casa de estilitas, el Pilar Katskhi, un monolito en la cordillera del Cáucaso, había permanecido abandonado por siglos hasta que en 1944 un grupo de escaladores llegaron a la cima y encontraron el esqueleto del último ocupante.
El monje se mudó allí en 1993 después de tomar votos monásticos, y encontró que lo acercaba más a Dios y lo ayudaba a borrar un pasado doloroso.
Fuente: El Intransigente