Hace dos años, Jeffrey Hall,
empuñó un arma y disparó a su padre que estaba durmiendo en el sofá
provocándole la muerte. En la actualidad, un
juzgado del condado de Riverside (California) le ha declarado culpable de
homicidio. El niño ha sido procesado como menor de edad y podría ser condenado a permanecer bajo custodia en un
centro correccional hasta que cumpla 23 años de edad. También ha sido declarado
culpable del cargo de posesión de armas y el juez ha determinado que es capaz
de distinguir entre el bien y el mal.
¿Qué es lo que pudo motivar a un niño de
diez años a matar a su padre? Como
parece ser habitual en este tipo de sucesos existen indicios de una infancia
difícil. El padre era un activista
neonazi y su vida parece estar estigmatizada por abusos en el hogar, lugar
donde se celebraban reuniones habituales de nazis. Parece haber testigos que aseguraron
que recibía palizas con frecuencia.
En
el juicio, la postura que defiende el fiscal es que el no planeó matar a su
padre por el miedo a que se divorciara de su madrastra y acabara con la unidad
de la familia. La postura de la defensa estaba centrada en la vida de abusos,
ira y violencia que había sufrido.
El
tribunal celebrará otra vista para determinar si el menor es trasladado a un
centro de detención juvenil gestionado por el Departamento de Correccionales o
otro centro correccional o si se le deja en libertad condicional.