El viejo circuito alemán de Nürburgring (que por cierto, está en venta debido a la crisis) es uno de los más queridos del mundo por lo frondoso de su paraje (se le llama el 'infierno verde'), por sus 170 curvas, sus 21 kilómetros y también porque tradicionalmente está cubierto de pintadas, como si de una carrera ciclista se tratara.
Sin embargo, una de esas pintadas ha pasado los límites permitidos... no sabemos si de tamaño o de moralidad.
El caso es que el circuito ha tenido que ser cerrado durante unas horas para que los operarios eliminaran un pene gigante que unos bromistas han pintado en el asfalto.
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