Se llama James White y tiene 21 años. En una noche de fiesta y bajo la influencia del alcohol cometió la locura de freir la mascota de su compañero de piso.
El muchacho ha sido condenado a pagar 1.000 libras (unos 1.150 €) y a realizar 120 horas de trabajos comunitarios. De momento ha evitado la cárcel por no saber si el fallecimiento del animal fue antes de freirlo o mientras era cocinado.
Ocurrió en la Universidad de York. El centro no le va a imponer ninguna medida disciplinaria extraordinario considerando suficiente el castigo impuesto por la justicia.
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